En todo cajón de la fruta, despensilla, frutero, carrito de frutas (como lo queramos llamar), siempre hay una manzana. Me da igual su color. Roja, amarilla, verde. ¿Por que todos acabamos teniendo manzanas en casa? Yo nunca compro manzanas, pero éstas aparecen misteriosamente junto a mis otras favoritas. ¿Cómo llegan a mi cocina? ¿Quién me las trae?
En el libro que estoy leyendo "¿Sabemos lo que comemos?", una recopilación de varios autores, llego al capítulo donde se debate si es mejor tomar la manzana con o sin piel y la conclusión a la que la nutricionista llega es que no hay gran diferencia entre hacerlo con o sin (seguimos hablando de la piel de la manzana), ya que de por sí la pulpa guarda gran cantidad de vitaminas, fibra y antioxidantes... por lo que comerla con piel (lógicamente bien lavada previamente) no altera mucho el beneficio final.
Lo que sí recuerdan en el artículo es que la manzana es una de las frutas más diuréticas, porque por cada 100 gramos, 85,3 gramos son agua. I had no idea.
Yo odio las manzanas. No me gustan. Ni siquiera en tarta de manzana. Pero de vez en cuando (una al mes o menos) me como una y pienso, 'oye, pues la manzana no está del todo mal'. Yo es que soy así. Una mujer de amor/odio constante.
En todo caso, yo que soy muy confiable para todo, me guío en estos casos por la sabiduría popular. Así que aunque voto a favor de desterrar las manzanas de mi carrito de frutas for ever and ever, haré caso a los ingleses que dicen que "one apple a day keeps the doctor away". Y por algo será.
¡¡¡¿¿¿Ni siquiera en tarta de manzana???!!! No puede ser...
ResponderEliminar¡Ni siquiera! ¿Has visto cuánto las odio?
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