Porridge (no tan express)

Nunca he sido muy fan del porridge en los años vividos en Dublín, donde se toma el porridge como alternativa sana (y contundente) al grasoso irish breakfast, pero lo cierto es que nada más aterrizar en Madrid, he tratado de conceder una segunda oportunidad a este desayuno sabroso aunque de aspecto poco atractivo, eso sí.

Yo me he agenciado con un paquete de copos de avena intregales, de cultura ecológica, que venden en el Carrefour Planet (o un Carrefour grandecito que tenga sección de productos integrales, gluten free y demás). Y con eso, lo demás es coser y cantar. O mejor dicho cantar y ponerse a cocer. Porque en Dublín los súper ofrecen la alternativa de hacer el porridge en el microondas (algo rápido que no requiera trabajo en la cocina), pero con este paquete hay que hacerlo a la vieja usanza:

- dos medidas de leches por una de porridge

- fruta al gusto para decorar

- chorrito de miel par darle un toque dulce.

Se pone a calentar la leche en una cazo, cacerola hasta que empiece a hervir; añadir la cantidad de porridge  y sin perder de vista el cazo, ir removiendo a fuego medio-lento hasta que los copos de avena empiecen a inflarse y a ponerse algo más gorditos. Aquí es cuando la cocina se inundará de un olor muy rico a avena. El porridge estará listo en 10-15 minutos más o menos.

A modo de decoración, me gusta añadir al porridge frambuesas (o algún que otro fruto rojo) ya que al ser ácido, contrasta muy bien con el sabor suave del porrige. Ah, y un toquecito de miel como remate final. La guinda del pastel.