De momento, y a espera de ver el programa en sí, me quedo con la actitud solidaria y espontánea de los niños que se abrazan a los que han sido eliminados. Y también con esa niña, Noa, que tiene pena de irse pero confiesa que es justo que se vaya porque hay niños que cocinan mejor que ella. Olé esa autocrítica con tan sólo 9 años.
Claro que las penas se van rápido cuando les regalan una tablet a cada uno y esa entrada para ver "LLuvia de Albóndigas 2". A mí también se me irían rápido...
P.D.: ¿Y qué hacía Mario Vaquerizo en el programa? ¡Este hombre está hasta en la sopa!
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