Los chavales en Dublín ya han vuelto al cole. (¡Bendito colegio que nos libra de niños a todas horas por todas partes!) Lo señala el calendario escolar irlandés y vallas publicitarias como ésta del famoso supermercado Lidl, donde se compara la vuelta al cole con una vuelta a una "masterclass" de ofertas culinarias de lo más deliciosas para la chavalería. De ahí el anuncio de un paquete de filetitos de pollo empanados, que se puede acompañar con sus guisantitos, ketchup y vaso de leche, como bien aparecen a la derecha de la imagen.
Bueno, filetitos de pollo, guisantes y leche tienen un pase, ¿pero qué hay del famoso ketchup? ¿Y de esos múltiples delis por toda la ciudad (el equivalente a nuestras "tiendas chinas" en España) donde los chavales entran entre clase y clase para comprar bebidas azucaradas y energéticas y sausages rolls (pasteles de hojaldre rellenos de pasta de salchicha)?
En mis tiempos de niña y adolescente, mi madre me preparaba un bocata de queso con jamón de york, una pieza de fruta y un zumito de uva-pera. Un día a la semana se me permitía un donuts, bollicao o chuches de la tienda de la esquina. El azúcar artificial era algo esporádico, solo permitido en ocasiones especiales.
Los niños dublineses tienen problemas de sobrepeso y están empezando a desarrollar diabetes.
¿Y qué hacemos los mayores al respecto?